Pensamiento Analítico: Definición, Características y Ejemplos
A diferencia del pensamiento positivo, la definición de razonamiento analítico lo plantea como un proceso razonable y reflexivo respecto a un problema; de esta forma, su enfoque persigue decidir qué hacer o en qué creer, estableciendo relación entre dicho problema y el mundo en general.
Las características que puntualizan el desarrollo de este tipo de pensamiento parte de la división del problema u objeto de estudio, en partes pequeñas que luego de ser identificadas, se categorizan y analizan se forma separada a fin de obtener respuesta o generar una solución trasladable y aplicable al todo.
Quienes adoptan el concepto, utilizan la información para desarrollar aptitudes que les permitan entender y resolver problemas, habilidad de gran provecho en el escenario profesional, social e intelectual.
Esta es la razón que conlleva a la necesidad de perfeccionar el pensamiento analítico, descubra cómo lograrlo en una entrega que persigue ofrecer lo más relevante del tema, además de algunos ejemplos y ejercicios claves.
¿Qué es el pensamiento analítico?
El pensamiento analítico se define como la capacidad de identificar y organizar sistemáticamente las partes que componen una situación, determinado sus interrelaciones a fin de priorizar aquellas que demanda inmediata actuación.
En otras palabras, es la capacidad o habilidad de resolver problemas desde una perspectiva razonable y reflexiva, fundamentada en las evidencias en ligar de las emociones. El desarrollo del proceso analítico requiere cuestionamiento, analizando el qué y el por qué, de forma detallada, metódica, precisa y clara.
Discrepando del pensamiento convergente, existe una evidente descomposición del problema o la situación en un intento por entender su estructura y la interrelación de las partes, diferenciando en el proceso lo relevante de lo irrelevante.
De esta manera, sus principales funciones se presentan en la vida académica, extendiéndose al mundo organizacional donde permite la resolución de problemas, formulación de hipótesis y esclarecimiento de la relación causa/efecto. Del mismo modo, tiene impacto en la toma de decisiones ofreciendo un criterio lógico y herramienta de concientización en los procesos cognitivos.
Fases del proceso en este razonamiento
Como cualquier otro proceso de razonamiento, el pensamiento analítico se presenta en tres fases diferenciadas antes de llegar a una conclusión definitiva, estas son:
- Etapa analítica: el desarrollo del raciocinio analítico comienza de la separación de las partes de un todo – sea un problema o situación – a fin de analizar por separado su significado, priorizando los elementos sobre las relaciones.
- Etapa secuencial: la segunda fase corresponde al análisis, coincidiendo con el estudio lineal de las partes, de ahí que no pueden existir saltos o alteraciones, hasta llegar a la solución.
- Etapa resolutiva: el proceso concluye con la búsqueda de la solución, indistintamente que se trate de tomar la decisión final respecto a una situación o darle resolución a un problema.
Características y habilidades de la persona con razonamiento analítico
Partiendo de la definición y las características que distinguen al proceso, las personas que cultivan el razonamiento analítico tienen la habilidad de resolver problemas a través del desarrollo de competencias que le permiten evaluar las alternativas disponibles y sus posibles repercusiones, antes de tomar una decisión o plantearse una solución efectiva.
Asimismo, capacita para desarrollar estrategias aplicables a nivel personal, laboral y/o profesional, facilitando el trabajo con grandes cantidades de datos que serán sintetizados y evaluados en función de las metas planteadas.
En resumidas cuentas, las personas con razonamiento analítico tienen la capacidad de
- Establecer relaciones causa/efecto diferenciando múltiples orígenes y repercusiones.
- Identificar la ausencia de información suficiente o coherencia, en argumentos verbales o escritos.
- Plantear conceptos partiendo de elementos cualitativos, además de diseñar el proceso idóneo que permita consolidar los objetivos en situaciones específicas.
- Describir procesos secuenciales sin errores y utilizar métodos de análisis sofisticados para la interpretación de datos y posibles resultados.
- Expresar conclusiones e ideas apoyadas en información objetiva y la interrelación de sus partes.
- Agrupar conjunto de elementos cualitativos, enumerar elementos organizadamente y hacer uso de esquemas, tablas o gráficos para expresar la información.
Ejercicios para entrenar y potenciar el desarrollo del pensamiento analítico
El desarrollo de habilidades analíticas tiene gran repercusión en las actividades profesionales, pero también es de mucha utilidad en la cotidianidad, por lo que su optimización se traduce a múltiples ventajas. Estos son algunos ejemplos de opciones disponibles:
- Armar rompecabezas: estas herramientas son invaluables en el entrenamiento mental, pues contribuyen al desarrollo de la atención y la habilidad para analizar.
- Juegos de búsqueda: la actividad perfecta para potenciar en familia el razonamiento analítico; ejemplos de estas actividades son las búsquedas de tesoros o descifrar códigos que actúen como simulador para el pensamiento analítico.
- Puzzles: algo tan común como un «Cubo de Rubik», permite poner en práctica la definición del concepto, pues permite calcular las acciones con antelación.
- Juegos de mesa: aunque parezca arcaico, este tipo de actividades tiene gran efectividad en el desarrollo de la capacidad analítica, sobre todo, si se trata de opciones que implican una determinado cantidad de movimientos para derrotar a los enemigos, o los que promuevan el uso de la lógica.
Ejemplos de pensamiento analítico
Las características que definen al concepto dejan claro el tipo de razonamiento que adoptan las personas que piensan de manera analítica; sin embargo, para disipar cualquier duda, se presentan dos ejemplos comunes:
Ejemplo 1: llevar el coche al taller mecánico
Partiendo de pensamiento analítico, el propósito será arreglar el coche, exponiendo preguntas clave como ¿cuál es el origen del ruido que presenta?; acto seguido recopilar información respecto al funcionamiento antes de comenzar el problema y posibles complicaciones paralelas.
Lo que sigue es plantear puntos de vistas, por ejemplo, el ruido del motor se asocia a problemas de carburación. Llega la hora de verificar suposiciones, revisando el carburador antes de pasar a las implicaciones, en este caso la sustitución de bujías.
Apelando al conocimiento, llegan las inferencias y conclusiones razonables en base a la evidencia, el carburador estaba en pésimas condiciones.
Ejemplo 2: llamar a atención al cliente por un fallo en el teléfono
Analizando racionalmente la situación parte de resolver un problema vinculado al móvil, planteando la posible falla que no permite que el equipo encienda; a continuación hacerse de la información necesaria antes de formular hipótesis, por ejemplo cuándo fue el último mantenimiento.
En este momento se plantearan puntos de vista, desde que se trate de un modelo viejo, hasta batería con una vida útil cuestionable o un botón de encendido dañado. Para verificar las suposiciones se comenzará con el remplazo de la batería, de persistir el problema, la necesidad de cambiar el botón de encendido.
Tras poner en práctica el uso de los conceptos o información en las inferencias, llegarán las conclusiones, la batería y el botón de encendido funcionaban, pero el usuario desconocía cómo encender el móvil.