Pensamiento Estratégico: Definición, Características y Ejemplos

El razonamiento estratégico es uno de los más valorados en el mundo de los negocios, la razón está en que, a diferencia del pensamiento científico, su desarrollo plantea un fin, analizando los medios disponibles para alcanzarlo y así finalmente, ponerlos en práctica de la mejor forma, el máximo beneficio y el menor costo temporal, material y personal.

Como pocos tipos de pensamiento, conjuga la lógica, observación y la meta cognición, sin pasar por alto el uso de la capacidad analítica y sintética, además de la intuición, argumentación e imaginación.

Pero el ámbito empresarial no es el único que se ve beneficiado con el pensamiento estratégico, siendo requerido en áreas de planeamiento económico, militar, educacional, social e incluso político.

Su aplicación se evidencia igualmente en la cotidianidad, existiendo estrategias para vivir mejor, encontrar trabajo, hacer amigos, o simplemente ser feliz, puesto que supone un proceso en el que se asegura el resultado mediante la unión intrínseca del plan y la acción.

¿Qué es el pensamiento estratégico?

Se conoce como razonamiento estratégico que involucra una estrategia, planteado un enfoque que mira el hoy con perspectiva de futuro, anticipándose al efecto o impacto que tendrán las acciones. Esta definición sugiere un plan de acción coordinado en pro de un logro relevante.

Otra de las características que reviste el proceso, es el desarrollo de una visión a largo plazo, la cual discrepando del pensamiento analítico, tiene carácter creativo y se orienta a la consolidación de metas puntuales.

Si bien es el pensamiento o forma de razonamiento clásico de la guerra, y que tiene especial relevancia en el mundo de los negocios, hoy en día es aplicado a diferentes propósitos, brindando un buen nivel de utilidad.

Del mismo modo, se distingue por el hecho de no ser un tipo de razonamiento teórico o aprendido, su desarrollo se afianza con la práctica, de ahí que no existe un manual que lo enseñe.

Se razona estratégicamente, cuando se define claramente el objetivo o propósito, teniendo capacidad de delimitar la situación actual, esclareciendo la distancia que separa de la meta; asimismo, es necesario saber diseñar el camino a seguir, monitorear constantemente el proceso y ser flexible para corregir o cambiar el rumbo de ser necesario.

Fases del proceso en este razonamiento

Indistintamente del propósito que se pretenda cumplir, el correcto desarrollo del pensamiento estratégico demanda el cumplimiento de ciertas etapas o fases, estas son:

Ideación

Corresponde a la concepción de ideas, seleccionando los conceptos que pueden tener mayor relevancia a favor del cumplimiento de los objetivos. Entre los ejemplos de métodos que permiten llegar a soluciones creativas o mayor número de ideas, se destaca el brainstorming

Categorización

Acumuladas las ideas, es tiempo de categorizarlas en departamentos agregando a cada uno, las que mejor se adecúan, la clave está en eliminar posibles repeticiones y afinar las escogidas para trabajar.

Planificación estratégica 

En esta fase del proceso se responden dos interrogantes ¿qué? Y ¿por qué? a fin de concebir las estrategias a implementar considerando factores internos y externos, con el propósito de confrontar las ideas a la situación actual, priorizando las que se realizará, separando las urgentes e importantes, de las no importantes ni urgentes.

Planificación operacional

La última fase corresponde a la transformación de los planes definidos en acciones, pautando metas y objetivos, para luego determinar las métricas clave que encausan las operaciones.

Características y habilidades de la persona con razonamiento estratégico

Considerando la definición y características del pensamiento estratégico, no es difícil deducir que se trata de un proceso que reviste un conjunto de habilidades, siendo las más destacadas:

  • Capacidad de desechar modelos predictivos, pues sin importar el tipo de estrategia, tiene que  ser flexible y abierta a la redirección y renovación constante, sin aferrarse a modelos de acción.
  • Facultad para formular preguntas, después de todo en esta clase de razonamiento tienen mayor relevancia las interrogantes que las respuestas en sí.
  • Destreza en la determinación de puntos clave, siendo capaces de separar lo aleatorio de lo determinante, o lo que es igual, los factores  decisivos de los que no lo son.

El pensamiento estratégico busca una dirección para llegar a un fin, fomentando la creatividad, sin dejar de ser un proceso probabilista y provocativo que brinda la capacidad de crear o modificar modelos de análisis y explorar sugerencias que a primera vista, parecen ridículas o carentes de sentido.

Pensamiento Estratégico

Ejercicios para entrenar y potenciar el desarrollo del pensamiento estratégico

Como se comentaba al principio, no existe un manual que enseñe maneras de implementar el pensamiento estratégico, pues se trata de un razonamiento aprendido y afianzado en la práctica, por lo que se compara con nadar, caminar o andar en bicicleta.

Sin embargo, algunos especialistas sugieren que un razonamiento estratégico se desarrolla ampliando los horizontes de la mente y trabajando los subsistemas del pensamiento, esos que se vinculan al uso de métodos, técnicas, destrezas y habilidades, como es el caso de:

  • Jugar ajedrez.
  • Plantear hipótesis simples y comprobarlas.
  • Realizar actividades fuera de lo común, para luego plasmar en papel la experiencia basada en la observación.
  • El juego del modelo, donde se asume el rol de un personaje que inspire admiración, para comportarse como tal durante todo el día, describiendo luego lo que se descubrió.
  • Preguntas locas, dinámica que invita formular una pregunta acerca de algo inusual que induzca al análisis, intentando responder sin acudir a información. En palabras más simples, lanzar una hipótesis para luego verificarla.

Ejemplos de pensamiento estratégico

Teniendo clara la definición de  pensamiento estratégico, sus características y las habilidades que permite desarrollar este tipo de razonamiento, es momento de conocer algunos ejemplos en los que se aplica:

  • Juegos que apelan a la estratégica, como  el ajedrez.
  • Deportes en los que se planteen jugadas anticipando las posibles respuestas de los adversarios.
  • Tácticas de guerra.
  • Planes de acción de marketing que busquen incrementar las ventas o cualquier otra clase de objetivos.

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