Pensamiento Positivo: Definición, Características y Ejemplos

La ley de Murphy enuncia “si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal”, dejando de lado la posibilidad de que exista el efecto contrario, es decir la probabilidad de que algo salga bien si puede hacerlo, demostrando que todo depende de la actitud con la que se miren las cosas. 

Pensar en positivo es evidentemente, la otra cara de la moneda del pensamiento negativo, una postura basada en el optimismo y la autoconfianza. Diversos estudios que coinciden en este tipo de razonamiento, a fin de cuentas, tener la convicción de que algo es posible, impulsa a trabajar en que se haga realidad.      

El problema está en lo complicado que puede ser asumir un pensamiento positivo, cuando de los 50.000 pensamientos que rondan en la cabeza, la mayoría se enfoca en el pasado, lo repetitivo y negativo. ¿Cómo cambiar esta postura y dejar el pesimismo? la respuesta ahora. 

¿Qué es el pensamiento positivo?

A diferencia del pensamiento sistémico, pensar en positivo implica sacarle el máximo partido a las situaciones problemáticas. Lejos de lo que se piensa, no se trata de un proceso que invita al desarrollo de una postura en la que asuma un mundo color rosa, ignorando – o pasando por alto – los aspectos negativos.

La definición y características de este tipo de pensamiento son claras, se basa en intentar ver lo mejor de sí mismo, de los demás y de las habilidades propias, en pro de aprovecharlas al máximo en escenarios desfavorables.  

Adoptar esta clase de razonamiento, demanda combinarle con pasos prácticos; evitando esperar que todo salga bien simplemente por pensarlo. El verdadero éxito espera actuar, no soñando.

Si bien la ciencia respalda la importancia de los buenos pensamientos como motor de impulso en la productividad, de poco valdrá una buena actitud si no la acompaña de acción. 

Asimismo, es necesario evitar caer en una creencia extrema en la que considere que triunfar está sujeto a pensar en positivo; en este sentido, los ejemplos no dejan espacio para las dudas, sin tomar medidas ni actuar, el positivismo únicamente conducirá hasta cierto antes de convertirse en optimismo irreal.    

Fases del proceso en este razonamiento

El desarrollo del pensamiento positivo no sigue un esquema fijo, cada quien asume el razonamiento a su propio ritmo y medida. Sin embargo, en líneas generales el proceso cumple 2 fases:

  • Apartar el estado de ánimo: quien piensa en positivo no se deja llevar por las emociones que desencadenan las circunstancias externas. 
  • Seleccionar los pensamientos adecuados: en esta etapa, se escogen los pensamientos adecuados, desechando los negativos, para darle paso a los que, de acuerdo al proceso, contribuyen a sentirse bien.  

Si bien, esto puede resultar un planteamiento simple que toca de cerca lo ingenuo e infantil, poner en práctica la definición exacta del concepto puede aportar múltiples beneficios al punto de permitir disfrutar mejor la vida y ser más felices. 

Una persona de raciocinio común, verá como frustrante recibir un mensaje en su celular que diga “se feliz, la vida es maravillosa” en una situación en la que todo parece estar en contra. Por ejemplo, el coche no quiere encender, llueve a cántaros y le espera una reunión importante.

En tal escenario recibir esta clase de mensaje puede incluso llegar a molestar, cuando en realidad alberga una enseñanza de gran beneficio: la vida no es maravillosa porque todo marche bien, sino cuando se decide que así sea. En palabras más simples, la felicidad no está limitada a sucesos externos, sino a decisiones y actitudes personales. 

Pensamiento Positivo

Características y habilidades de la persona con razonamiento positivo

Más que seguir unos parámetros o características generales, los que piensan en positivo desarrolla la capacidad de hacer que sus habilidades se conviertan en beneficios para sí mismo. De acuerdo a numerosos estudios, el pensamiento positivo permite: 

  • Incrementar la expectativa de vida: aplicando la definicion, se reducen los niveles de sufrimiento y las tasas de depresión, por ende, conduce al desarrollo de un estilo de vida más equilibrado mentalmente.   
  • Balance del bienestar psicológico y físico: quienes piensan en positivo mejoran su capacidad de afrontar situaciones adversas, aun aquellas en las que impere el estrés, disminuyendo la ansiedad.
  • Mejora de la salud: está comprobado, las características propias del razonamiento positivo sugieren personas con mayor resistencia al resfriado común y mejor salud cardiovascular, reduciendo los riesgos de muertes asociadas a enfermedades del corazón.         
  • Optimiza la productividad: sonreír, incrementa la actividad cerebral, mientras más sonría, su cerebro funcionará mejor, lo que a su vez le permitirá rendir más en sus actividades cotidianas.   

Pero eso no es todo, a diferencia de la mentalidad negativa, el positivismo invita a no concentrarse en el problema, sino en la búsqueda de la solución, evitando la errada decisión de permitir que las circunstancias externas alteren el estado de ánimo, y  este último se apodere de las decisiones. 

Ejercicios para entrenar y potenciar el desarrollo del pensamiento positivo

Entrenar el pensamiento positivo puede no resultar sencillo desde el primer momento, pero con un poco de práctica, y siguiendo los siguientes consejos, se vuelve un proceso más simple:  

  • Cambiar el lenguaje: las palabras tienen poder, sustituya el uso de expresiones condicionales por aquellas en un tiempo verbal indicativo; ejemplos de estos son si hubiera ido, si fuera a, por fui, voy a. 
  • Concentrarse en el presente: nada de adelantarse a los acontecimientos ni asumir que lo que afectó en el pasado volverá a hacerlo.
  • Ejercitarse: hacer ejercicio libera endorfinas, hormonas de natural efecto analgésico que producen sensación de felicidad. 
  • Cultivar la resiliencia: esta capacidad permite sobreponerse a las dificultades en lugar de afianzarse a ideas repetitivas, ¿por qué a mí? ¿siempre yo? o ejemplos similares.  
  • Evitar a la gente tóxica: las actitudes se contagian, si quiere que su raciocinio o pensamiento lo domine el positivismo, rodéese de personas con estas características.

Ejemplos de pensamiento positivo

Los que asumen el desarrollo del pensamiento positivo como un proceso natural ven “el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío” toman decisiones y accionan a favor de rellenarlo pues saben que no se trata de simplemente pensar que lo bueno es posible, sino de actuar en consecuencia.

Es así como estas personas adoptan frases como:

  • Puedo hacerlo, soy capaz.
  • Tengo los recursos suficientes para alcanzar cualquier objetivo que me proponga.
  • Solo yo soy dueño de mi propia felicidad.

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