Pensamiento Sistémico: Definición, Características y Ejemplos

Lejos de lo que propone el pensamiento abstracto, el razonamiento sistémico o  sistemático, es el término por el que se conoce al marco conceptual en el que la realidad se comprende como un sistema de objetos interconectados o una serie de subsistemas. 

De acuerdo a esta definición, es un proceso que procura comprender el funcionamiento, propiedades, patrones o modos de interrelación de las partes viéndolas como un todo, en pro de resolver problemas. 

Esta forma de razonamiento, viene desarrollándose a lo largo de las últimas siete décadas, su propósito es facilitar la comprensión y resolución de patrones, haciendo uso de conceptos que, en disciplinas como la biología e ingeniería, son comunes.    

El pensamiento sistémico se ha convertido en materia de estudio, existiendo infinidad de información al respecto; en esta entrega, se pretende esclarecer las más relevantes, ofreciendo una definición exacta, sus características, las habilidades que reviste, así como técnicas para potenciarlo y algunos ejemplos.  

¿Qué es el pensamiento sistémico?

Establecer la definición del pensamiento sistémico demanda primero entender el concepto de sistema; se acuña bajo el término, todo organismo, conjunto o segmento de la realidad que permita su descripción considerando sus componentes y la manera en la que se relacionan. 

Es así como este tipo de razonamiento, no es más que un modo de análisis en el que son evaluadas cada una de las partes que conforman una situación, esclareciendo su interrelación a fin de mejorar la conciencia de los sucesos y establecer un porqué.  

Esta es la razón por la que el proceso de razonamiento sistemático sirve de herramienta clave en estudios científicos, administración de empresas e ingeniería al momento de buscar solución a diversos problemas o situaciones.  

Al igual que el pensamiento estratégico, su desarrollo plantea el uso de las capacidades cognitivas del ser humano, quien las emplea al momento de estructurar y comprender cuáles son las situaciones que rodean al problema, desde las más complejas hasta las más simples. 

Para entender los objetos de interés como sistemas ordenados, el pensamiento sistémico se vale de cuatro principios fundamentales: principio de posición, principio de relación, principio de limitación y principio de afinidad.   

El primero se sustenta en la existencia de una jerarquía dentro de los sistemas, el segundo de la relación entre sus elementos, dejándole al tercero y cuarto, la limitación por controles que influencian su funcionamiento y la manera en la que avanzan hacia un propósito mediante distintos mecanismos que comparten el fin.  

Fases del proceso en este razonamiento

Aunque la metodología del pensamiento sistemático es bastante diversa, en líneas generales se desarrolla en 4 etapas básicas: 

  • Establecer una visión global del sistema y sus conjuntos.
  • Entender las implicaciones entre las partes que conforman el sistema, además de su proyección a mediano y largo plazo.
  • Diferenciar los (sub)sistemas dinámicos y complejos de los interdependientes, determinando cuáles de ellos representan modelos útiles en la construcción de una solución al problema o situación.
  • Reconocer los indicadores medibles y/o no medibles, lo que permitirá escoger el empleo de recursos cualitativos o cuantitativos de acuerdo al caso, en aras de una conclusión final.

Ahora bien, dentro de una organización, el pensamiento sistémico demanda el desarrollo de las siguientes fases:

  • Introducción al sistema, o lo que es igual, identificar el/los problemas existentes. 
  • Recopilación de información, fase en la que no solo se plantean los requisitos para encontrar la solución, sino un diagnóstico preliminar del problema.
  • Retroalimentación del diagnóstico preliminar, delimitando la estrategia más viable para solucionar el conflicto.
  • Implantación, corresponde al desarrollo de las actividades que solucionarán el problema, o al menor es el propósito.
  • Evaluación de los resultados, acompañada de un proceso que analice eventuales nuevos problemas o repercusiones, seguido de la recopilación del conocimiento y experiencia.

Características y habilidades de la persona con razonamiento sistémico

El desarrollo del pensamiento sistémico brinda una perspectiva más holística, de la realidad, ya que se basa en un punto de vista global, complejo y dinámico; de esta forma, quienes implementan este tipo de razonamiento tienen la capacidad de:

  • Modelar sistemas complejos
  • Llevar los problemas a su mínima expresión
  • Replantear la perspectiva del asunto estudiado.
  • Ampliar su mente a soluciones de “fuera de la caja” (Out-of-the-box en inglés).

Quienes razonan de forma sistemática, determinan las partes que componen un todo, reduciendo su complejidad al trascender más allá de lo percibido a simple vista. De esta forma, obtienen una visión ampliada del problema o situación que enfrentan.

Pudiendo realizar un análisis complejo en busca de patrones o estrategias, el pensamiento sistémico posibilita prevenir o enfrentar situaciones futuras, convirtiéndose en herramienta clave de líderes de equipos de trabajo o la ejecución de un proyecto en particular.

Pensamiento Sistémico

Ejercicios para entrenar y potenciar el desarrollo del pensamiento sistémico

A diferencia de otras clases de razonamiento, potenciar el desarrollo del pensamiento sistémico resulta un tanto más complejo; sin embargo, los especialistas en el tema sugiere poner en práctica actividades que permitan:

  • Delimitar patrones 
  • Clasificar problemas 
  • Diferenciar jerarquía
  • Fomentar la capacidad cognitiva

Ejemplos de pensamiento sistémico

Hasta ahora está clara la definición, características y habilidades que  se derivan del desarrollo del pensamiento sistemático, es momento de plantear algunos ejemplos, pues se trata de un razonamiento aplicable en divergentes actividades de la vida cotidiana, entre ellos:

  • Deportes grupales como el béisbol, básquet o fútbol, en donde existen la gran probabilidad de que un jugador sobresalga más que el resto en una determinada posición, pero lo que en realidad interesa es su capacidad de jugar en equipo, pues ganar la jugada está sujeto tanto a sus habilidades como al trabajo y la estrategia ejecutada con el resto de sus compañeros.
  • En una organización que presente problemas en su área de producción, donde el pensamiento sistemático permite detectar si dichas dificultades surgen de otras áreas de trabajo, pues se evalúan las diferentes partes como un todo a fin de establecer los pasos o estrategia que brinde solución al conflicto.

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